By Jenn Hess, Intern at La Casa for one year.

Jenn served at La Casa for one year supporting the staff / Jenn sirvió en La Casa por un año apoyando al personal.

When I first came to El Salvador a little over a year ago, I arrived with plans of what I believed God wanted to don my life and even through me. But how true is the verse in Proverbs 16:9 that says, “In his heart a man plans his course, but the Lord determines his steps.”  I came with plans to work and to grow in the area of counseling and though I gained some informal experience in that, it was in the role of supporting the staff, loving the children, and serving as a tía that I found my niche.

I am sad to say goodbye to this year in La Casa de Mi Padre – the staff and the children. They have taught me so much with their love, laughter, and even in the moments of tears. In the staff I have seen Christ and examples of perseverance and dedication. In many of the children, I have seen growth, a desire to learn, and potential as to what the Lord will do in them.

The child care team during a meeting / El equipo a cargo de los niños durante una reunión.

God changed my heart and my life through this year and my prayer is that I will have left a footprint that reflects Christ and ever points towards Him.

Lo que he aprendido durante este año en La Casa de mi Padre…

Por Jenn Hess, Voluntaria en La Casa por un año.

Cuando vine a El Salvador por primera vez hace un poco más de un año, llegue con planes de lo que yo creía que Dios quería hacer en mi vida, e incluso a través de mí. Pero cuán cierto es el versículo de Proverbios 16:9 “El corazón del hombre traza su

One of our girls and staff members pose with Jenn during a special event / Una de nuestras niñas y un miembro de nuestro personal posan con Jenn durante un evento especial.

rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor”. Vine con planes de trabajar y crecer en el área de consejería, y aunque gané algo de experiencia informal en eso, fue en el rol de apoyar al personal, amar a los niños y servir como Tía que donde yo encontré mi nicho.

Estoy triste de decir adiós a este año en La Casa de mi Padre, al personal y a los niños. Ellos me han enseñado tanto con su amor, sus sonrisas y hasta con los momentos cuando han habido lágrimas. He podido ver a Jesús y ejemplos de perseverancia y dedicación en el personal. En muchos de los chicos, he visto crecimiento, un deseo genuino de aprender y potencial en cuanto a lo que el Señor hará en ellos.

Dios cambió mi corazón y mi vida a través de este año. Mi oración es que yo haya podido dejar una huella que refleje a Cristo y que siempre apuntó hacia Él.

Children and staff of La Casa de mi Padre / Niños y personal de La Casa de mi Padre.