One of our children praying / Uno de nuestros niños orando

That day, the disciples hadn’t planned on providing dinner, the number of guests exceeded their expectations, and it appeared that the people were expecting something to eat.  The disciples were worried because they didn’t have enough food to feed them. All they could scrounge up were five loaves of bread and two dried fish, and the crowd was getting restless and hungry. In Luke 9:14-15, Jesus said to his disciples,  “Have them sit down … Taking the five loaves and the two fish and looking up to heaven, He gave thanks and broke them. Then He gave them to the disciples to set before the people.” (NIV)

Jesus didn’t feed the people who were running around worrying, but the ones who were at rest. That really captured my attention. When you ask the children from La Casa de mi Padre if they have seen a miracle of provision, their faces light up as they answer, “Many times!”  Agustin says: “ I remember one day we got up very early to pray because there was nothing to eat. We finished praying; and then, we waited quietly without worrying.” Tio Julio says, “Yes, I remember that. Just in time, a pick up truck came loaded down, with more than just food.  That donation lasted us for three weeks. There are so many other stories. We have never lacked for anything; God always provides.”

Sister Virginia and Hilda making "Tortillas" / Hermana Virginia e Hilda haciendo "Tortillas"

Just as the crowd sat waiting for their meal, the children here at La Casa wait in peace without worrying for their needs.  It’s amazing to see that conviction in their eyes. They lack nothing because they know that who they call Father loves and cares for them.

 “Now to Him who is able to do immeasurably more than all we ask or imagine, according to His power that is at work within us.” Ephesians 3:20

 After reading this article, we would like to invite you to join us in prayer for the provisions for La Casa de mi Padre. Pray boldly; we will be able to share with you the miracles that happen in this place. God bless you!

By Diana Chávez de Rodríguez, Director of Communications & Development
Edited and revised by Sharon Powell

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One of our girls ejoying her snack/Una de nuestras niñas disfrutando su refrigerio.

Ese día los discípulos no habían planeado proveer la cena, el número de invitados superaba sus expectativas y al parecer la gente esperaba algo de comer. Los discípulos estaban preocupados pues no tenían suficiente provisión para alimentarlos. Todo lo que podían ofrecer eran cinco panes y dos pescados secos, la gente estaba cada vez más inquieta y hambrienta. En Lucas 9:14-16 Jesús dijo a sus discípulos: “Hagan que se sienten…entonces Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, y mirando el cielo, los bendijo. Luego los partió y se los dió a los discípulos para que se los repartieran a la gente.” (NVI)

Jesús no alimentó aquellas personas que estaban corriendo alrededor preocupadas, pero si aquellos que estaban tranquilos. Eso realmente me llama la atención. Al preguntarle a los chicos de La Casa de mi Padre sí alguna vez ellos han visto un milagro de provisión, sus rostros se iluminan cuando contestan: ¡Muchas veces! Agustín dice: “Me acuerdo un día que nos levantamos bien temprano a orar porque no había nada que comer. Terminamos de orar y esperamos tranquilos, ya no nos preocupamos”. Tío Julio dice: “Sí,  yo recuerdo eso. Justo a tiempo vino un pick up cargado de todo, no solo de comida, esa provisión nos duró como tres semanas. Aquí hay muchas historias, nunca nos ha faltado nada, de alguna forma Dios siempre proveé”.

 Así como la multitud esperó sentada su refrigerio, los chicos aquí esperan tranquilos sin preocupaciones la provisión del Padre, es increible ver en sus ojos esa convicción que no les faltará nada, porque saben a quién piden, a su Padre que les ama y les cuida.

Sister Virginia cooking dinner / Hermana Virginia cocinando la cena

“Al que puede hacer muchísimo más que todo lo que podamos imaginarnos o pedir, por el poder que obra eficazmente en nosotros.” Efesios 3:20

 Después de leer este artículo, nos gustaría invitarte a unirte en oración por provisión para La Casa de mi Padre. Oremos con convicción; y no dudes que compartiremos contigo los milagros que suceden en esté lugar. Dios te bendiga!

Por Diana Chávez de Rodríguez, Directora de Comunicaciones y Desarrollo