We are growing! Oh, those words can be exciting and, in the moment, a bit uncertain. Last year, we saw our transition program grow quite a bit, which was exciting to see young people apply to be part of the transition program established for those young adults aging out of care and being pushed into independent life without the continued support they need.
Research clearly shows that with traumatic backgrounds, maturation can be slowed and 18 years for one may not be 18 years for someone who has had more placed on them than many of us can ever imagine. Thus, our hopes of bridging the gap from dependence to independence with the skills, tools and support that will lead to brighter futures.
Watching and then anticipating even more growth, we knew the home we now occupy would not sustain this growth. We began to pray about the situation, and we began to see God at work moving pieces into place for a solution. This past month, we were able to sign a contract to rent a second home and move the young women into a separate home. This opens space for new young adults to be a part of this program and to allow three young men who have special needs to move into the small apartment area upstairs in the young men’s home as they take a next step towards independence.
We were blessed with help the week we needed to make the move with a GlobalX team out of Atlanta, GA. (Isn’t always nice when help shows up for a move?). It wasn’t necessarily in their itinerary and preparations leading to their visit, both with enthusiasm and the willingness to serve wherever needed, they helped paint, fix some things in the old home that have needed repair, and put their special touch in making both places feel welcoming and very homey.
In the process, one of our young women said in a very giddy voice, “I feel like a princess.” Oh, how we want each person who lives in either one of the homes to KNOW that they are daughters and sons of the Most High! They are princesses and princes!
Take a peek into the homes and the help we have received and give thanks along with us. We are SO thankful for the many who came alongside to walk with us to make the transition home program possible!
Estamos creciendo! Esas palabras pueden ser emocionantes y, en el momento, un poco inciertas. El año pasado, vimos que nuestro Programa de Transición creció bastante, lo cual fue emocionante al ver a los jóvenes aplicar para ser parte del programa establecido para aquellos adultos jóvenes que están llegando a la mayoria de edad y que se ven enfrentados a una vida independiente sin el apoyo continuo que necesitan.
Las investigaciones demuestran claramente que con antecedentes traumáticos, la maduración de los jovenes puede ser lenta y 18 años para uno puede no ser 18 años para alguien que ha tenido más de lo que muchos de nosotros podemos imaginar. Por lo tanto, nuestras esperanzas de reducir la brecha de la dependencia a la independencia con las habilidades, herramientas y apoyo que los llevarán a un futuro más brillante.
Observando y luego anticipando aún más crecimiento, sabíamos que la casa que ahora ocupamos no tendría la capacidad para este crecimiento. Empezamos a orar acerca de la situación, y empezamos a ver a Dios trabajando moviendo piezas para encontrar una solución. Este mes pasado, pudimos firmar un contrato para alquilar una segunda casa y trasladar a las jóvenes a una casa aparte. Esto abre un espacio para que los nuevos adultos jóvenes formen parte de este programa y para permitir que tres jóvenes que tienen necesidades especiales se muden a la pequeña área en el piso superior de la casa de los jóvenes mientras dan un próximo paso hacia la independencia.
Fuimos bendecidos con la ayuda que necesitábamos para hacer la mudanza con un equipo de GlobalX que nos visito de Atlanta, GA (no es agradable cuando aparece ayuda para una mudanza?). No estaba necesariamente en su itinerario y en los preparativos de su visita pero, lo hicieron con entusiasmo y con la voluntad de servir donde fuera necesario, ayudaron a pintar, arreglaron algunas cosas en la vieja casa que necesitaban ser reparadas, y dieron un toque especial para que ambos lugares se sintieran muy acogedores.
En el proceso, una de nuestras jovencitas dijo con una voz muy segura:”Me siento como una princesa”. Oh, cómo queremos que CADA persona que vive en cualquiera de las dos casas sepa que SON hijas e hijos del Altísimo! ¡Son princesas y príncipes!
Mira las casas y la ayuda que hemos recibido y demos gracias juntos. Estamos muy agradecidos por los que vinieron a trabajar con nosotros para hacer posible este avance en el Programa de Transición de La Casa!