Our vision in La Casa is to heal hearts, restore families and bring hope of a better future to children in crisis in El Salvador. It is a grand vision in the sense that those words might be easy to read, but when the hardships and choices in life get tangled for many generations, the end result can be like a tangled ball of fishing line…and it takes grace, patience, untangling one knot and sometimes unraveling what seem to be a million more, and lots of time in prayer to begin to make any difference. It is hard work and can seem overwhelming. Yet, when you get to know people and walk this hard road, you begin to care, cheer them on, want the best outcome possible… you hope.
One of the greatest desires of each of the children we serve is for them to know their family. Sometimes we have sufficient information and connections, sometimes we have little clues that might be a lead, and sometimes we have no leads.
Three of the children we serve lost their mother to cancer many years ago and were taken out of their home due to the surmounting grief and dependency of alcohol that ensued in the home. We lost connection with the family due to these choices. The children have held on to sweet memories of fishing with their father, spending time with him. They were young and survivors. Their hearts still ache yearning to know him. Our social workers have spent a lot of time searching for him. He no longer lives where he once lived.
As the ache to know that their father only grew, our social workers and psychologists began the search again. They returned to the small town where he lived with a photo that we have had. They went to the town park and began asking each person they saw if they knew this man. Many shook their heads no, others said that they thought they might have seen him passing through town. This small hope kept our team searching and asking. After hours of asking and one small lead after another, a lady was able to spot the brother in a line to get food for lunch. A huge step forward on this mission! After more questions to many others, someone knew that he was out cutting wood nearby. This day, our staff was able to find this man we had been searching for many times before. This was a day to rejoice!
Now the journey begins…towards restoration. It is a road often filled with many ups and downs. It takes making the decision to hold onto hope. It won’t necessarily be that tomorrow there is an immediate happy-ever-after. Relationships that have been severed for years take work…but work well worth every effort.
We invite you to join us in prayer for wisdom for our staff, grace and strength for this father, and healing for the relationship broken many years ago. And thank you to those who support La Casa and the family program. This story can be written because of you.
El Camino a la Restauración Familiar
Nuestra visión en La Casa es sanar corazones, restaurar familias y traer esperanza de un futuro mejor a los niños en crisis en El Salvador. Es una gran visión en el sentido de que esas palabras se leen fácilmente pero cuando las dificultades y las decisiones en la vida se enredan durante muchas generaciones, el resultado final puede ser como una bola de hilo de pescar enmarañada… y se necesita gracia y paciencia para desenredar un nudo y, a veces intentar desentrañar lo que parecen ser más de un millón de nudos más. Se requiere de mucho tiempo en oración para comenzar a hacer alguna diferencia. Es un trabajo duro y puede parecer abrumador. Sin embargo, cuando se llega a conocer más a fondo a la gente y se comienza a recorrer este camino difícil junto a ellos, realmente se crean lazos con ellos, se anhela de corazón animarlos, se espera el mejor resultado posible …. tenemos esperanza.
Uno de los mayores deseos de cada uno de los niños que servimos es conocer a su familia. A veces tenemos suficiente información y conexiones, a veces tenemos pequeñas pistas que podrían ser una ventaja, y a veces no tenemos ninguna pista.
Tres de los niños que viven en la Fundación perdieron a su madre a causa del cáncer hace muchos años y fueron sacados de su casa debido al intenso dolor y la dependencia del alcohol que se produjo en el hogar. Perdimos la comunicación con la familia debido a eso. Los niños han guardado los más dulces recuerdos de los días de pesca con su padre, y el tiempo que pasaban con él. Estaban pequeños y luchando por sobrevivir. Sus corazones aun se duelen y tienen el anhelo de reencontrarlo. Nuestro equipo de Trabajo Social ha pasado mucho tiempo en busca de él. Ya no vive donde una vez vivió.
Con la inquietud de saber si su padre estaba bien, nuestros trabajadores sociales y psicólogos comenzaron de nuevo la búsqueda. Volvieron a la pequeña ciudad donde vivía con una foto que hemos guardado. Fueron al parque del pueblo y comenzaron a preguntar a cada persona que vieron si conocía a este hombre. Muchos solo decían no conocerlo, otros dijeron que pensaban que podrían haberlo visto, que se les hacía familiar. Esta pequeña esperanza mantuvo a nuestro equipo con el ánimo de seguir preguntando. Después de horas y pequeños avances, una señora identificó al hermano entre un grupo de personas que se reúnen regularmente para recibir almuerzo. Un gran paso en esta misión! Después de más preguntas a muchos otros, alguien sabía que estaba cortando madera en un lugar cercano. Este día, nuestro personal tuvo el gran privilegio de encontrar a este hombre que habíamos estado buscando muchas veces antes. Un día para regocijarse!
Ahora el viaje empieza … un viaje hacia la restauración. Es un camino a menudo lleno de muchas subidas y bajadas. Se necesita tomar una firme decisión de aferrarse a la esperanza. No será de la noche a la mañana. Las relaciones que han sido cortadas por años toman tiempo y trabajo en restaurarse … pero vale la pena todo el esfuerzo.
Le invitamos a unirse a nosotros en oración por sabiduría para nuestro personal, la gracia y la fuerza para este padre, y la sanidad de la relación rota hace muchos años. Y gracias a los que apoyan La Casa y el Programa Familiar. Esta historia se puede escribir gracias a usted.
