Our Third Home – Joy Home is on it’s way. Last year, we were approached by Maestro Cares Foundation, out of Chicago, wanting to partner with an organization in El Salvador. They saw the need and desire to help in El Salvador. Their vision is “to help orphaned children in Latin America by creating healthy and safe environments for them to live, learn and play.” We submitted an application for a grant to build another home, and we were notified in October that we were awarded the grant!
Maestro Cares Foundation partnered with Fedecredito, a Salvadoran financial institution, to provide funds for the construction. When completed, Joy Home will give eight more children the opportunity to be a part of a family. Both Maestro Cares and Fedecredito want to be a part of changing lives for children.
You may ask, “Why the need?” It is at least monthly, that we receive calls from authorities asking if we have space to take in children for emergency reasons or for longer term care. Considering the interpretation of Child Care Laws in El Salvador (LEPINA) and given that a children’s home would be the last resort for placement, the calls come too frequently. We are a home in which there is residential supervised care for children in crisis where a dad and a mom embrace a small group of children for whatever period of time deemed necessary by the courts.
We provide the houseparents and home with the support they need to stay healthy. We have a team of psychologists and social workers, an educational coordinator and other support staff that circle around the family and provide the training, counseling needs, educational support and connection to the legal system and any biological family.
With violence prevalent, many children are being left without parents or needing a place of refuge while court proceedings are ongoing. Some have been left orphaned. Children need a place where they feel secure, loved and given the space and appropriate support system around them to begin to heal. They often need proper nutrition, medical attention and to be placed in a educational setting that matches learning needs. And their biological families, if any, need support too. They need a listening ear, understanding of the court system, just someone beside them when life has been turned upside down and so dysfunctional that they, too, know no place to turn. They often live in gang ridden communities, often fearing for their lives and in survival mode.
To be honest, it hasn’t been easy. Children with difficult and often horrific pasts have a lot to work through. They test real love. They ask hard questions like, “Where was God when that happened to me?” Working with dysfunctional families, most of whom are living in extreme poverty settings with limited access to any help, isn’t a preplanned journey.
Answers aren’t written out in some manual like directions to repair a piece of equipment. But, we choose to move towards the mess, knowing that God is in it. Somehow, there is a way through.
We have the need. We have plans and funding for construction. When completed, Joy Home will give eight more children the opportunity to be a part of a family. Building will begin as soon as we have secured the funding for one year’s worth of operating funds, along with money for furnishings and vehicles for the family.
Will you pray with us that the Lord will provide the needed operational funding to begin construction on the third home?
Hay planes en marcha para comenzar la construcción de nuestra tercera casa – La Casa de Gozo. El año pasado, nos contactaron de la Fundación Maestro Cares, de Chicago, para asociarnos con una organización en El Salvador. Ellos vieron la necesidad y el deseo de ayudar en El Salvador. Su visión es “ayudar a los niños huérfanos de América Latina creando ambientes saludables y seguros para que vivan, aprendan y jueguen”. Presentamos una solicitud para una subvención para construir otra casa, y en Octubre se nos notificó que se nos había concedido!
La Fundación Maestro Cares se asoció con Fedecrédito, una institución financiera salvadoreña, para proporcionar fondos para la construcción. Cuando esté terminado, Casa de Gozo le dará a ocho niños más, la oportunidad de ser parte de una familia. Tanto el Maestro Cares como Fedecredito quieren ser parte de un cambio de vida para los niños.
Usted se preguntará: “¿Por qué la necesidad?” Es por lo menos una vez al mes que recibimos llamadas de las autoridades preguntando si tenemos espacio para acoger a niños por razones de emergencia o para poder brindarles un lugar seguro a largo plazo. Considerando la interpretación de las Leyes de Cuidado Infantil en El Salvador (LEPINA) y dado que un hogar de niños sería el último recurso para la colocación, las llamadas son demasiado frecuentes. Somos un hogar en el que hay cuidado residencial supervisado para niños en crisis en el que un padre y una madre acogen a un pequeño grupo de niños durante el período de tiempo que los tribunales consideren necesario.
Proporcionamos a los padres de hogar y a la familia el apoyo que necesitan para mantenerse sanos. Tenemos un equipo de psicólogos y trabajadores sociales, un coordinador educativo y otro personal de apoyo que rodean a la familia y proporcionan la capacitación, las necesidades de asesoramiento, el apoyo educativo y la conexión con el sistema legal y cualquier familia biológica.
Debido a la prevalencia de la violencia en El Salvador, muchos niños y niñas se ven privados de sus progenitores o necesitan un lugar de refugio mientras se llevan a cabo los procedimientos judiciales. Algunos han quedado huérfanos. Los niños necesitan un lugar donde se sientan seguros, amados y con el espacio y el sistema de apoyo apropiado a su alrededor para comenzar a sanar. A menudo necesitan una nutrición adecuada, atención médica y ser colocados en un entorno educativo que se ajuste a sus necesidades de aprendizaje. Y sus familias biológicas, si las hay, también necesitan apoyo. Necesitan un oído atento, comprensión del sistema judicial, sólo alguien a su lado cuando la vida se ha desestabilizado y es tan disfuncional que tampoco saben adónde ir. A menudo viven en comunidades de pandillas, a menudo temiendo por sus vidas y en modo de supervivencia.
Para ser honestos, no ha sido fácil. Los niños con pasados difíciles y a menudo horribles tienen mucho que hacer. Ponen a prueba el amor verdadero. Hacen preguntas difíciles como: “¿Dónde estaba Dios cuando me pasó eso?” Trabajar con familias disfuncionales, la mayoría de las cuales viven en entornos de extrema pobreza con acceso limitado a cualquier tipo de ayuda, no es un viaje premeditado.
Las respuestas no están escritas en un manual, como las instrucciones para reparar un equipo. Pero, elegimos atravesar el desastre, sabiendo que Dios está con nosotros. De alguna manera, hay una manera de pasar.
Tenemos la necesidad. Tenemos planes y fondos para la construcción. Cuando esté terminado, Casa de Gozo le dará a ocho niños más la oportunidad de ser parte de una familia. La construcción comenzará tan pronto como hayamos asegurado el financiamiento para un año de fondos operativos, junto con dinero para mobiliario y vehículos para la familia.
¿Orarías con nosotros para que el Señor provea el financiamiento operativo necesario para comenzar la construcción de la tercera casa?