Saying “good-bye” is never easy. Those heart strings can get tugged to the max wanting to hold on tight to the physical, the now. It is hard; no arguement there! However, there can be another side of good-byes that beckons a person on to a journey far greater than the present. That is the story with Karla, our psychologist.

Serveral years ago, she heard God calling her to Senegal, a country across the wide Atlantic Ocean and into a culture that was very different from all that she had ever known. She answered that call by saying, “Yes.” She fell in love with God’s precious people in Senegal and poured herself out serving. But, as usual, when you serve, you get far back in return. After spending two wonderful years there as a psychologist for a children’s home, God brought her back to her home countr, but an engraved love for Senegal lingered in her heart.

Karla soon came to La Casa to serve with us for almost two years as a counselor. Karla loves children, loves people, is full of energy and very creative. She has never been hesitant to jump right in and love with her whole heart. She has not only embraced the children we serve, but their families. She has loved well.

Recently, God has called her back to Senegal to serve in the same children’s home she left, and although we’d love to keep her with us always, we know that God has asked her to go back and has been the One who has kept her love for Senegal alive in her heart.

We send Karla off with the sincerest of blessing that she may go and continue to use her loving spirit to point others to Christ. We will miss you, Karla, but we look forward to watching all that God has in store for you as return to Senegal.

 

Decir “adiós” nunca es fácil. Nuestras fibras del corazón se aferran al máximo tratando de no perder ese lazo físico. Es difícil, sin lugar a dudas! Sin embargo, existe otra manera de ver este adiós ese tipo de separación que atrae a una persona a un viaje mucho mayor que el actual. Esa es la historia con Karla, nuestra psicóloga.

Hace años ella recibió un llamado de Dios a servir en Senegal, un país al otro lado del Océano Atlántico y en una cultura muy diferente de todo lo que ella había conocido. Ella respondió al llamado diciendo: “Sí.” Ella se enamoró de la gente preciosa de Dios en Senegal y se entregó a servir. Pero, como de costumbre, cuando se sirve, se obtiene mucho a cambio. Después de pasar dos años maravillosos allí como psicóloga para un hogar de niños, Dios la trajo de vuelta a su país de origen, pero dejó un amor grabado en su corazón para Senegal.

Karla pronto llegó a La Casa a servir con nosotros desde hace casi dos años como consejera. Karla ama a los niños, ama a la gente, está llena de energía y es muy creativa. Nunca dudó en dar un paso al frente para ayudar con todo su corazón. Ella no sólo ha abrazó a los niños que servimos, sino a sus familias. Y ellos la han abrazado igual.

Recientemente, Dios la ha llamado de vuelta a Senegal para servir en la casa de los mismos niños que sirvió, y aunque nos encantaría tenerla siempre, sabemos que es donde Dios le ha pedido que vaya y ha mantenido su amor por su pueblo en Senegal vivo en su corazón.

Enviamos a Karla con la más sincera bendición de que ella pueda ir y seguir utilizando su espíritu amoroso y su pasión por compartir del amor de Cristo. Te vamos a echar de menos Karla, pero esperamos noticias de todo lo que Dios tiene preparado para ti de vuelta a Senegal.