El año 2020 ha traído muchos giros inesperados, incluyendo un año récord de lluvias. El Salvador tiene una estación de lluvias y una estación seca, la cual va de mayo a octubre. Este año, las lluvias se han prolongado hasta noviembre. Las tormentas tropicales Amanda y Cristóbal dejaron una estela de inundaciones, deslizamientos de tierra y daños que todavía se está limpiando en junio. Las lluvias normales han continuado junto con las lluvias traídas por los huracanes Eta y Iota.

Como se declaró una emergencia nacional a la llegada de las lluvias del huracán Iota que causó estragos en Nicaragua y Honduras, nuestro equipo del Programa Familiar visitó a algunas de las familias con las que trabajamos para ofrecerles ayuda. Al llegar a la casa de la abuela de Graciela, que vive en una zona costera, se enteraron de que se le había pedido que evacuara, así que se lanzaron a ayudarla a empacar sus cosas y ponerla a salvo. Graciela fue a la visita y ayudó a su abuela.

Después, visitaron a otra familia muy afectada por los cierres este año, lo que les ha dejado sin poder pagar el alquiler este año. Pudieron ayudarles a poner plástico sobre el techo para cubrir los grandes agujeros provocados por la lluvia. Esperamos poder evitar inundaciones en la casa.

Nuestro Programa Familiar busca encontrar a los miembros de la familia de los niños que atendemos y trabajar para la reunificación siempre que sea posible. Nuestro objetivo es caminar junto a las familias para proporcionarles apoyo para que puedan soñar de nuevo y encontrar esperanza.  Únanse a nosotros para orar por las familias con las que trabajamos.