El corazón de una madre

A menudo hablamos de los niños a los que atendemos, pero también atendemos a cualquier miembro de la familia biológica que quiera caminar hacia la restauración. Además de visitas a las familias biológicas en sus casas, parte de nuestro «Programa Familiar» incluye visitas de familiares a los niños aquí en la finca el primer sábado de cada mes. Pasan tiempo con los niños, participan en momentos de consejería grupal, juegan juntos, aprenden en nuestras Escuelas para Padres y comparten un almuerzo juntos. Los niños esperan con ansias este día. 

El sábado pasado, la madre de una de las niñas pidió poder celebrar con todos el cumpleaños número quince de su hija. Los quince años son muy especiales en la cultura latina. Marca la transición de la infancia a la edad adulta.

Esta madre ahorró para poder comprar un pastel y compartirlo con todos en el momento de la visita. Compró adornos y elaboró recuerdos hechos a mano, todos del color favorito de su hija. 

En una carta de agradecimiento que escribió a La Casa, decía: «Como madre me ha tocado luchar con muchos obstáculos en mi vida, y puedo decir que no he podido cumplir el papel de madre como tendría que ser; es muy difícil ver crecer a mis hijos lejos de mi y no poder darles el amor que tendría que darles, la vida es una batalla donde hay veces aparecen muchos obstáculos, a mi me ha tocado luchar con esos obstáculos para poder ver a mis hijos. Lo único que le pido a Dios es que no me quite la oportunidad de seguir viendo su crecimiento, sus triunfos y también sus caídas. «.

Queremos decir que vemos tu corazón de madre. Vemos el amor. Vemos las batallas que luchas. Pero tú eres un testimonio para todos nosotros… no sólo para todos nosotros en La Casa, sino para todas las familias con las que trabajamos.

Nuestro objetivo final es que a medida que caminamos junto a las familias y las apoyamos, haya cambio y restauración. Esta madre compartió: «Espero puedan seguir creciendo en esta Fundación que no solo ha cambiado la vida de ellos, sino que También han cambiado la mía, han podido cambiar la vida de una familia completa». No siempre vemos frutos, pero qué alegría ser parte del viaje de esta familia.