“Restoring families” is the second part of our vision at La Casa de mi Padre. And to tell the truth, it is often the hardest thing we do. Reaching out and getting into the messy parts of our children’s lives and families can get pretty dark and overwhelming. It’s much like pulling on a string and finding a huge ball of knots behind it. You see, most of our families have experienced the same pain, same abandonment or abuse, and same trauma as the children placed under our care. It would be easier to try and cover it all up or pretend it wasn’t there. Taking the long road to true healing and restoration isn’t the easy choice.

Yet, when you speak to each of our children, their hearts long for connection to family and for relationships to be healthy. We know what is right, even if it is hard.

During the first year that the doors were opened to La Casa, we accepted six children all from the same family. They’ve grown up in the La Casa family. We have had the priviledge of also walking beside their mother for many years now. We can’t share the details which have led to the continued separation, but this family has had a lot of pain…and healing. They’ve come a long way at learning how to be a family and support one another.

When children have been removed from their home and connections are first made, they yearn for their family to be their caretakers, much like making up for time lost due to separation. They want to stay the “child” in the relationship. We even see this well into adulthood with some of the children we have cared for over the years.

We see real progress when our children can begin to reach out as adults and help out in their families rather than only “receive.” We’ve had the opportunity this year to see that happen in one of our families, and it has been a joy.

We shared last year with you about one of our mother’s who was hit by a motorcycle and broke her leg. It has been a year’s journey of in and out of the hosptital, months and months of healing of the wounds and even therapy. And her children stepped up to help out. They took turns staying with her in the hospital, accompanying her on doctor’s visits, and visiting when they could.

They have a younger sibling who began to really struggle in school during this time. They stepped up to help him as well. During family visits, he brought schoolwork and they sat with him and tutored him. At the end of the school year, he proudly brought in his medal that he received for being second in his class in academic performance for the year. A complete turn around!

Along the hard road, there are nuggets of gold. There is healing and though there is no magic wand, there is that daily decision to do the right thing. And the next right thing can yeild beauty. We see it. We want to celebrate it!

For those of you who pray for and/or give towards our family program, we hope you are encouraged as much as we are. For anyone interested in joining us financially as we reach out to our families, you can contact us at communications@mfh-elsalvador.org to find out how.

“Restaurar las familias” es la segunda parte de nuestra visión en La Casa de mi Padre. Y a decir la verdad, a menudo es lo más difícil que hacemos. Alcanzar y meterse en las partes desordenadas de las vidas de nuestros niños y sus familias puede ser bastante oscuro y abrumador. Es como tirar de una cuerda y encontrar una enorme bola de nudos detrás de ella. Como ve, la mayoría de nuestras familias han experimentado el mismo dolor, el mismo abandono o abuso, y el mismo trauma que los niños puestos bajo nuestro cuidado. Sería más fácil tratar de cubrir todo o fingir que no estaba allí. Tomar el camino largo a la curación verdadera y la restauración no es la opción fácil.

Sin embargo, cuando usted habla con cada uno de nuestros niños, sus corazones anhelan tener una conexión con sus familias y que estas relaciones sean sanas. Sabemos lo que es correcto, incluso si es difícil.

Durante el primer año que se abrieron las puertas de La Casa, aceptamos a seis niños de la misma familia. Ellos han crecido dentro de la familia de La Casa. Hemos tenido el privilegio de caminar también junto a su madre durante muchos años. No podemos compartir los detalles que han llevado a la separación continua, pero esta familia ha tenido mucho dolor … y sanación. Han recorrido un largo camino para aprender a ser una familia y apoyarse mutuamente.

Cuando los niños salen de sus casas y se realizan las primeras conexiones en sus hogares, ello anhelan con todo su corazón que su familia vuelvan a ser sus cuidadores, para compensar el tiempo perdido debido por la separación. Quieren seguir siendo los “niños” dentro de la relación. Incluso vemos esto a menudo en la edad adulta con algunos de los niños que hemos cuidado durante años.

Vemos progresos reales cuando nuestros niños pueden comenzar a llegar como adultos y ayudar a sus familias en lugar de sólo “recibir”. Este año hemos tenido la oportunidad de ver que eso sucede en una de nuestras familias, y ha sido una alegría.

El año pasado compartimos con ustedes sobre una de nuestras madres que fue golpeada por una motocicleta y se rompió la pierna. Ha sido un año de viajar dentro y fuera del hospital, meses y meses de curación de las heridas e incluso terapia. Y pudimos ver como sus hijos se acercaron para ayudar. Se turnaban para quedarse con ella en el hospital, acompañándola en visitas médicas y visitando cuando podían.

Estos niños también tienen un hermano menor que comenzó a presentar dificultades en la escuela durante este tiempo. Ellos también se acercaron para ayudarlo. Durante las visitas familiares, trajo el trabajo escolar y se sentaron con él y le enseñaron. Al final del año escolar, con orgullo trajo su medalla que recibió por haber obtenido el segundo lugar en su clase por su rendimiento académico. ¡Un cambio radical!

A lo largo de este arduo camino, hay pepitas de oro. Hay curación y aunque no existe una varita mágica, existe esa decisión diaria de hacer lo correcto. Y la siguiente cosa correcta puede ser algo bello. Lo vemos. ¡Y queremos celebrarlo!

Para aquellos de ustedes que oran por nosotros y/o donan a nuestro Programa Familiar, esperamos que sean animados tanto como nosotros. Si están interesados en unirse a nosotros financieramente para apoyar a nuestras familias, pueden contactarnos en communications@mfh-elsalvador.org para descubrir las diferentes formas en como pueden hacerlo.