There was much excitement around hosting our family visit day last weekend. One aunt had recently asked if she could share her talent of cutting hair with our families. Talk began to stir and as the enthusiasm grew, our staff, tias, and our girls all began planning for a very special day to pamper the ladies who regularly are a part of our visitation day.
Before everyone was given their special “make-over”, Rosa Elena, our boy’s home mom, shared about our beauty, beauty that comes from the inside and reflects on the outside…a newness that comes from knowing Christ. In Him, all things are made new. Each lady listened intently. Hope.
It was exciting to watch the joy on our girl’s faces as they washed, dried and straightened hair and painted nails. They wanted to give and did so with a joyful heart. They were excited to be part of making their family members feel special. They wanted to lift up their heads high and show them that they care deeply. Most of our ladies were quite timid; some never had been treated in such a special way. Smiles begin to sneak out as others commented on their beauty, beauty that radiated warmth from being shown special care, while young girls ran around with new bows, braids, or special hairstyles.
To conclude, each lady and young girl received a small packet containing items for personal hygiene, but the real gift taken away that day was the gift of sharing love. The gift that said, “You are valuable.” Please join us on prayer as we continue the healing journey with each family member.
Todos estábamos muy emocionados por la visita familiar del pasado fin de semana. Una de las tías que visita a los chicos preguntó si alguna vez podría compartir su talento cortando el cabello a nuestras familias. La inquietud comenzó a tomar forma y el entusiasmo a crecer. Nuestro personal, tías y las chicas, todas comenzaron a coordinarse para el gran día, un día muy especial para consentir a las familiares que vienen al día de visita.
Antes de comenzar con la transformación, Rosa Elena, nuestra madre de hogar de la Casa de los Niños compartió acerca de la belleza, la belleza que viene desde el interior y se refleja en nuestro exterior… la que viene de conocer a Cristo. En El, todas las cosas son hechas nuevas. Todas las mujeres presentes escuchaban atentamente. Esperamos.
Fue emocionante ver la alegría de las niñas mientras lavaban y secaban el cabello de las visitas, o les pintaban las uñas. Querían dar y lo hicieron con un corazón gozoso. Estaban felices de ser parte de la transformación de sus familiares, de mostrarles que se preocupan por ellas. La mayoría de las señoras se mostraban un poco tímidas, muchas ni siquiera habían sido tratadas de esta manera tan especial nunca. Comenzamos a ver sonrisas, caras alegres, comentando acerca de su belleza, una belleza que irradiaba como resultado de sentirse apreciadas, mientras las niñas creaban toda una serie de moños, trenzas o estilos especiales.
Para terminar, cada señora, señorita y cada niña recibió un paquete con artículos de higiene personal, pero el verdadero regalo que se llevaron fue el haber compartido tanto amor.. Un regalo que se llevaron en el corazón con la etiqueta “Eres Valiosa” . Gracias por acompañarnos en oración en este viaje de sanidad con cada miembro de nuestras familias.