Once, when we had a coach visiting for some training, she commented that she thought La Casa de mi Padre invested in training for our workers more than other organizations she had worked with. Although that might have been a flattering compliment, she did pick up on our emphasis for ongoing training. We feel that parenting children with traumatic backgrounds requires an attitude of constant learning, always being willing to look at life through different lenses and adjust the way we respond to others who need a shoulder to lean on and be reminded that they are beautiful. And, we all need a village of support to do just that.
Our staff had been busy this year learning about our emotions, communication and the impact trauma has on a person’s life. We’ve been reminded of the value of how the words and actions we share have a real effect on the children we serve. We’ve been reminded of how the trauma of the past can filter our words and actions. We’ve been reminded that we need to respond rather than react. We’ve been reminded of our real purpose.
These workshops and trainings were designed by Tiffany Lewis who worked with us for two and half years before returning to the US to finish up her licensing credentials. Our counseling staff has followed her plan and continues to work through the year long training guide. As well, our staff has attended outside training opportunities and have come back to share what they learned with the rest of our team. Recently our houseparents and social workers attended workshops and then shared with the rest of our staff. When everyone contributes and shares their knowledge and experience, we all grow.
Every other Thursday, our entire staff gathers for at least a two-hour training time together. We share some coffee and local pastries, take a look at a topic, and discuss how what we learned can be applied to our life within La Casa. It is often a rich time of sharing real life experiences and encouraging each other. It is a place that tired and weary souls can be encouraged. Our trainings are a little different in that our entire staff attends as we feel that everyone has opportunities to impact the lives of the children we serve. It levels the ground of understanding why we do what we do.
Would you think about us and pray for our staff this Thursday as we meet? We’d love that!
En una ocasión en que tuvimos un entrenador que nos visitó para un entrenamiento, nos comentó que para su perspectiva, La Casa de mi Padre ha invertido en la formación de nuestro personal más que cualquier organización con la que había trabajado. A pesar de que podría haber sido un cumplido halagador, ella reiteró el énfasis, recomendándonos la formación continua. Creemos que la crianza de niños con antecedentes traumáticos requiere una actitud de aprendizaje constante, siempre estar dispuesto a mirar la vida a través de diferentes lentes y ajustar la forma en que respondemos a otros que necesitan un hombro para apoyarse y recordarles que son hermosos. Y, todos necesitamos del apoyo de otros para hacer nuestro trabajo de restauración.
Nuestro personal ha estado desarrollando este año el tema de las emociones, la comunicación y el impacto que el trauma tiene en la vida del individuo. Se nos ha recordado el valor de cómo las palabras y las acciones que compartimos tienen un efecto real en los niños que servimos. De cómo el trauma del pasado puede filtrar nuestras palabras y acciones, que tenemos que responder en lugar de reaccionar. Se nos recuerda de nuestro verdadero propósito.
Estos talleres y entrenamientos fueron diseñados por Tiffany Lewis, quien trabajó con nosotros durante dos años y medio antes de regresar a los EE.UU. para terminar sus estudios de acreditación. Nuestro personal de consejería ha seguido su plan y ha continuado trabajando a lo largo del año. Además, nuestro personal ha asistido a capacitaciones fuera y han compartido lo que aprendieron con el resto de nuestro equipo. Recientemente nuestros padres de hogar y trabajadores sociales compartieron con el personal. Cuando todos aportan y comparten sus conocimientos y experiencia, todos crecemos.
Cada dos semanas, los Jueves, todo el personal se reúne para participar de un entrenamiento de dos horas. Compartimos un poco de café y pan, se desarrolla un tema, y discutimos cómo lo aprendido se puede aplicar a nuestra vida dentro de La Casa. Es un momento de compartir experiencias de la vida real y de estímulo para otros. Es un lugar que las almas cansadas pueden ser animadas. Nuestros entrenamientos son un poco diferentes ya que todo nuestro personal asiste, porque para nosotros, cada uno tiene la oportunidad de impactar las vidas de los niños que servimos. Establece un nivel de comprensión de por qué hacemos lo que hacemos.
Podrías recordarnos en tus oraciones de este Jueves que estaremos reunidos? Nos encantaría!